En 1983 un equipo de investigadores del Instituto Louis Pasteur logró aislar por primera vez el VIH, cuando ya se habían detectado varios casos en los que los enfermos tenían neumonía y sarcoma de Kaposi. En 1984 la enfermedad ya se había extendido considerablemente y se empezó a hablar de epidemia. Esta situación provocó una confusión inicial, ya que la enfermedad se había extendido entre el colectivo homosexual, lo que dio a entender que se trataba de un virus que afectaba a los gays. Esta circunstancia creó la estigmatización de los homosexuales y se llegó a hablar de la Peste Rosa. Con el tiempo se constató que su contagio se debía al contacto con la sangre con alguien infectado. De hecho, las personas que utilizaban jeringuillas para el consumo de drogas y algunos casos de transfusiones también se infectaron con el VIH. La enfermedad creó una alarma social en los 80, sobre todo a partir del contagio de algunos personajes famosos, así como algunos casos entre actores y actrices pornográficos. El número de fallecidos no dejaba de crecer y la comunidad científica descubrió medicamentos que frenaban el desarrollo del virus. En los años 90 se activaron campañas de prevención contra el VIH (especialmente a través del uso del preservativo). Hubo igualmente un movimiento de apoyo social que consistía en ponerse un lazo rojo como símbolo de solidaridad. Poco a poco, la enfermedad se iba conociendo mejor en todos los sentidos: testimonios personales, ONG´s, películas, conferencias internacionales y todo tipo de acciones para frenar su expansión y concienciar a la sociedad. Dos terceras partes de las personas afectadas por el VIH viven en el continente africano y aunque los tratamientos son cada vez más efectivos, todavía no hay una vacuna definitiva. La historia del SIDA no ha acabado todavía y cada 01 de diciembre se recuerde con el Día Internacional del VIH. Fuente: Historiapedia.

