Otro ejemplo de la utilidad de la telemedicina durante una emergencia es el caso un soldado colombiano de 22 años -cuyo nombre no se puede revelar porque está prohibido identificar a pacientes del Hospital Militar- que fue atendido en mayo de 2014 tras un enfrentamiento con guerrilleros en la selva de Guaviare. Allí, el jefe de cirugía les detalló a los expertos cuáles eran las lesiones del soldado (en la región abdominal, colon, páncreas, hígado e intestinos), a través de una teleconferencia que conectó a facultades y hospitales de varios países. Gracias a los aportes de médicos de universidades estadounidenses de Miami, Florida, y Oregón, a las brasileñas de Sao Paulo, Campinas, y Amazonas, a la panameña de Santo Tomás, al Hospital de Trauma de Estambul, y al centro de avanzada de Estados Unidos en Irak, el joven sobrevivió. Siguiendo esta línea, una herramienta innovadora es la que creó el Centro de Traumatología Ryder del Hospital Jackson Memorial de la Universidad de Miami: una red que conecta a doce universidades y hospitales de América con 36 centros de Europa y Asia, sin costos económicos por las teleconferencias. Este sistema funciona las 24 horas, los siete días de la semana; y los hospitales sólo tienen que realizar una inversión inicial de diez mil dólares en equipamiento y de setenta mensuales por mantenimiento. Lo interesante es que cualquier centro educativo de postgrado con formación de especialistas en cirugía de trauma y emergencia puede integrarse a esta red.
En un artículo publicado en la revista de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha destacado como iniciativas de éxito a algunas implementaciones en países latinos, como la red de telemedicina del Antiplano de Bolivia, que ha mejorado el acceso a la atención médica especializada en centros de salud alejados, y la red de telesalud de Minas Gerais, que permite al personal efectuar diagnósticos a distancia y promover la educación médica continuada. Fuente: eHealthreporter.